Tuesday, October 30, 2007



LOS ARTISTAS

Los artistas son como niños: hay que sacarlos de paseo, cuidarlos, no dejarlos solos ni a sol ni a sombra. Cada día compruebo que el mito del artista introvertido y solitario no es más que una falacia. Acostumbrados a su manager o productor o lo que sea, no conciben la vida sin esta figura materna permanentemente a su lado. Eso de que los artistas salvaguardan mejor el niño que fueron es bien cierto. Currar con artistas o ser amigo de artistas es un coñazo en el fondo porque no puedes escapar al rol maternal y protector y a la larga, aburre.
"Vanidad de vanidades, todo es vanidad...No hay nada nuevo bajo el sol...No hay memoria de lo que precedió, ni de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después", señala con sabia melancolía el Eclesiastés. Si le haces la pelota a un artista o no paras de darle vueltas a su obra, ya lo tienes ganado (aunque sospecho que esta máxima se puede aplicar con tranquilidad a todos nosotros, pero a los artistas, más). El hecho de poder reflejar su personalidad en su trabajo o creación deja ya bien claro la importancia del yo. ¡Ay, donde quedará la humildad de los tristes funcionarios del traje gris!
Entiendo que el arte es la sublimación de la expresión humana; un impulso mítico, mágico o incluso religioso, el momento en el que estamos más cerca del Dios en el que no creo. Desgraciadamente, la obra supera al artista, el hijo devora al padre, la creación dura más y es más lúcida que el autor. Por eso me quedo con el arte y a los artistas que los aguante la madre que los parió.

PRÓXIMO CAPÍTULO: LOS PROGRES

Saturday, October 27, 2007




LOS MODERNOS, LOS ARTISTAS, LOS INTELECTUALES Y LOS PROGRES

Pareciera que no tiene nada que ver este tema con China, pero no, a través de mi trabajo en Pekín rozo bastante con estos especímenes o quienes así se hacen llamar.

PRIMER CAPÍTULO: LOS MODERNOS
Comencemos por Berlín, Kastanienalle. Esta calle situada en el barrio trendy de Prenzlauer Berg, donde vivían la mayoría de mis amigos (yo todavía era más cool que ellos porque residía en Friedrichshain, barrio proletario y de casas okupas), era la meca de los modernos. Como aspirante joven de provincias (nótese que los modernos siempre vienen de la provincia y no lo apunto como crítica, sino como deseo de constatar los hechos) me dejaba caer por sus cafés de sillas desvencijadas con columpios herrumbrosos chirriando en la puerta para tomar el brunch los domingos. Menos mal que mi núcleo duro de amigos siempre estuvo formado por gentes hoscas, depresivas e inteligentes y entre todos logramos descubrir la verdadera identidad de la calle: se trataba de "la avenida de la Castaña", sólo hacía falta traducir el nombre para darse cuenta de lo que tenía lugar por allí.
Aún así, los modernos de Berlín siempre tendrán mi respeto porque son pobres y no aspiran a venderse al capital, porque casi todos los que viven allí están implicados en política, asociaciones, intelectualidad, arte, creatividad, independientemente de la calidad del resultado. En fin, porque están vivos y son más auténticos que los modernos de pacotilla por ejemplo de ¿Barcelona?.
Los modernos siempre se lo pasan bien, hay que ver qué envidia. Nunca se aburren, ni se deprimen, ni siquiera piensan porque su lema es el hedonismo a cualquier precio: asistir a todas las inauguraciones, estrenos, bares undergrounds, after hours, barbacoas al aire libre, distritos artísticos, terrazas con vistas. Su look es ochentón, mod, con colores vivos y gafas de de pasta.
La música es uno de los elementos por el que se identifican unos a otros. Conocen de memoria todos los grupitos musicales etiquetados de "alternativos": menudo coñazo, todos suenan más o menos igual, exceptuando gloriosas excepciones como Los Planetas. Y los festivales de música son su lugar de comunión sagrado.
Lo peor de los modernos: ese aire de resabiados insufrible, ese permanente disfrutar (que ya no es tal porque para conocer algo, también tienes que experimentar el contrario) y lo peor, peor: la uniformidad, conocido uno... La tristeza es que el moderno se cree especial, y lo único que hace es seguir la modernidad, religión, secta o corriente como otra cualquiera. Aunque lo peor, peor, peor es tener una jefa moderna: al principio lo consideras un motivo de alegría, y después... te das cuenta de que se comporta como cualquier otro jefe o peor porque la modernidad tiene sus exigencias. ¿Qué le ocurrirá, entonces, al resto de modernos? ¿Cómo serán como amantes, jefes, primos o currelas?

Recomiendo vivamente el artículo de Eduardo Arroyo sobre Arco en el último Babelia, pone a Rosina Gómez Baeza y a su cohorte de modernas a caer de un burro.

PRÓXIMO CAPÍTULO: LOS ARTISTAS

Tuesday, October 23, 2007



EL CONGRESO, EL ELEGIDO Y LA TRADUCCIÓN

El comunismo, para qué nos vamos a engañar, siempre tuvo algo de mesiánico, como el rock, y no seré ni la primera ni la última en reconocerlo. Y algo de parentela con el fascismo, también. Esta afirmación la pronuncio después de años de discusiones sosteniendo el punto de vista contrario, pero en mi comprensión política hay un antes y un después de China.
No hay más que ver el lugar donde ha tenido lugar el XXVII Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh): el Gran Palacio del Pueblo, que pude admirar por dentro en calidad de mujer experta que trabajó para el Gobierno chino en el Día de la Mujer Mundial, parafraseando al maestro Calamaro. Primohermano de la construcción más fascista de Albert Speer y su soñada Germania.
La celebración del Congreso en el Gran Palacio del Pueblo (término que en sí mismo no puede ser más contradictorio) refleja la misma uniformidad y estética que las concentraciones de Hitler, sólo que entre jerarca y jerarca centenario comunista medio adormilado, como en los guisantes salteados, puedes encontrar a un representante de las minorías de China vestido con un exhuberante traje regional (cornamentas, brillos, colorines, sombreros con colgajos). Las minorías en China, por cierto, sólo se visten así en sus tierras para sacar dinero a los turistas y para esta concentración política. Así que la mezcla de estética nazi, viejunos medio dormidos y el carnaval brasileño resulta, cuanto menos, singular.
Los pobres corresponsales han estado pululando en derredor del Gran Palacio en busca del Mesías, y para colmo, la cosa no ha quedado clara. Pero tan confusa, que algunos medios afirman que en el nuevo Comité Permanante (los que más mandan) hay más elegidos por Jiang Zemin, el anterior presidente, más "capitalista", por decirlo de alguna manera; mientras que otros sostienen que Hu Jintao, actual presidente y más "socialista", ha reforzado su influencia. Así que no me ha quedado muy claro quién gana la partida y quién será el próximo, si Xi o Li (uno y otro protegido). Me imagino a la cúpula comunista china descojonándose de todas estas loterías y análisis, la verdad.
Otro aspecto destacable son los términos que cada presidente chino ha añadido a la Constitución: si contamos con el "importante pensamiento de Deng Xiaoping", apertura y reforma; la teoría de "la triple representatividad" de Jiang Zemin, nosotros españoles católicos lo podemos entender bien por la Santísima Trinidad: es algo así como el pueblo, los dirigentes comunistas y los empresarios en un sólo ser; y ahora toca "el concepto científico de desarrollo" de Hu, que en realidad viene a significar algo así como crecimiento sostenible.
Y esto me lleva a la tercera parte del post: las traducciones. El Gobierno chino tiene a una serie de expertos extranjeros que traducen el discurso de Hu y todas estas pamplinas a muchos idiomas. Los pobres corresponsales copian literalmente estas traducciones chuscas (traduttore, traditore), que hacen parecer a la cúpula política china mucho más tonta de lo que es en realidad. Así se ha recogido ampliamente que Hu busca el objetivo de una sociedad "modestamente acomodada" por el término "xiaokang", que en chino significa ni más ni menos que clase media.
Mientras tanto, el pueblo, como dirían ellos, no se entera de lo que está pasando, y más aún, le da igual: "dame pan y dime tonto", como a otro pueblo del que no me quiero acordar hace no tanto tiempo.

Sunday, October 14, 2007



NACIONES Y OTROS ENTES VISTOS DESDE EL EXTERIOR

Últimamente se han celebrado dos días nacionales: el día de la Hispanidad (12 de octubre) y el día de la Liberación (1 de octubre). Así, esos nombres tan ampulosos celebran ni más ni menos que el descubrimiento de un continente que posteriormente esquilmamos y la victoria de Mao y los suyos frente a Chiang Kai-Chek en la guerra civil china. Pero probablemente el nacimiento de muchas naciones haya sido doloroso y cruento y por ahí no quiero entrar.
Lo que sí me gustaría analizar es el nacionalismo en España y China. En China no hace falta que Rajoy llame en plan NO-DO a sacar la bandera a la calle: aquí directamente el Gobierno la coloca en la puerta de cada casa durante una semana, en la que además se decora Pekín con flores rojas y amarillas (como la susodicha). Vamos, que además son unos estetas (este detalle se le ha escapado al notario Rajoy).
Cada chino se identifica de tal modo con su país que un insulto, crítica o desprecio a China, se convierte en una ofensa personal. Así están las cosas, incluso entre los más librepensadores. A los chinos no les importa que los Juegos Olímpicos chupen todo el presupuesto que podría invertirse en la mejora del sistema educativo o de sanidad, mientras se proyecte la imagen poderosa de China. Una imagen vale más que mil realidades y eso también lo saben los políticos de uno y otro lugar.
Vayamos al caso de España. Como murciana me cuesta, me cuesta entender los nacionalismos. Ni unos ni otros. Pero me da a mí que tanto ventilar España, País Vasco, Cataluña y Galicia, por no seguir con el ente andaluz, es una cortina de humo. Para mí que el español, vasco, gallego o catalán de verdad se preocuparía de las hipotecas, de que los jóvenes se enfrentan a unas precarias condiciones laborales, de que no invertimos suficiente en investigación y demasiado en ladrillo, de que nos hemos cargado nuestra costa, entre otras muchas cosas. Y mientras no se preocupen de ésto lo que me parecen son unos caraduras y nosotros, unos gilipollas.
Cuando vuelva a España, lo que de verdad me apetece visitar son las tierras de Soria porque ni Machado ni Gabinete Caligari tenían un pelo de tontos y recordaré a los noventayochistas con nostalgia, que buena falta nos hacen ahora.
También podríamos deducir que izquierda y derecha, dictadura y democracia echan mano de los mismos cutres argumentos: ¡deshagámonos de ellos de una vez!

¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, obscuros encinares,
ariscos pedregales, calvas sierras,
caminos blancos y álamos del río,
tardes de Soria, mística y guerrera,
hoy siento por vosotros, en el fondo
del corazón, tristeza,
tristeza que es amor! ¡Campos de Soria
donde parece que las rocas sueñan,
conmigo vais! ¡Colinas plateadas,
grises alcores, cárdenas roquedas!...

Campos de Castilla
Antonio Machado