Wednesday, February 21, 2007



SOLITARIA MUCHACHA DE ROSA
Ahora, en pleno festival de la primavera según el calendario lunar chino, es imposible que una muchacha de rosa pasee sola por debajo de mi casa, tal y como muestra la foto. Sólo ha nevado en una ocasión durante este invierno benigno y suave. En fin, lo que quiero contar es que sí que hay muchos chinos en China, tal y como todo el mundo me pregunta en España.
No hay nada como visitar la Ciudad Prohibida por estas fechas y verse vapuleado por los miles de grupos de turistas chinos tocados con gorras de diferentes colores. En el metro hay un "empujador" que aprieta los vagones, en Shanghai los controladores de tráfico te amenazan seriamente en el caso de que quieras bajarte de la acera y a la hora de comprar en el supermercado te toca lidiar con mareas humanas, mientras que después subes a la duodécima planta del edificio en el que trabajas junto con 8.000 empleados.
Los chinos se sientan en el vagón del metro todos vestidos igual: los hombres de oscuro, las chicas jóvenes con tacones y plumas rosas y casi todos te observan (al guiri).
La masa te mira y tú les devuelves la mirada con curiosidad, sabiéndote fuera y sorprendida de la homogeneidad, de que todo medio funcione, de que los taxistas ni se inmuten cuando les embisten por el lado, de que nadie pite de forma histérica como cuando uno conduce Madrid. Las masa es una marea y tú no perteneces a ella, pero te mueves a su ritmo y aprendes a hacerte cada vez un poco más invisible y a valorar la soledad. También te preguntas cómo de iguales parecerán los madrileños vistos con ojos foráneos.

Saturday, February 17, 2007



¡FELIZ AÑO DEL CERDO DORADO! (Este año nos forramos)

Esta noche es Nochevieja, y mañana el Año del Cerdo Dorado. El cerdo dorado simboliza fortuna, por lo que es un año muy propicio para tener hijos. El año pasado, del perro, trajo buenos augurios para las bodas y ahora toca parir. La mayoría de la población china se cree el horóscopo del calendario lunar a pies juntillas y los cerdos han inundado Pekín en forma de peluches, gorros, llaveros, con todo el fervor con el que abrazan las celebraciones populares, por lo que seguro que también se dedicarán a producir hijos afortunados. Todas las empresas de potitos y juguetes se están frotando las manos, mientras que ya han empezado a sufrir descensos las ventas de preservativos.
Las puertas y ventanas de la casa hay que dejarlas abiertas para facilitar la entrada al Nuevo Año. Se cena en familia dumplings o jiaozi (bolas de masa rellenas de carne) que simbolizan la unión familiara y a las 12 de la noche la ciudad se torna en estado de guerra: miles de petardos y fuegos artificiales hacen explosión tras años de prohibición por las autoridades. China vive inmersa en sus tradiciones y supersticiones, sólo que Wal Mart hace el agosto vendiendo jiaozi e Ikea lo mismo con zapatillas de estar por casa con forma de cerdo. Al día siguiente dragones de colores serpentean por las calles y mientras los guiris hacemos la foto al pinchito de grillos o de escorpiones, los chinos nos fotografían a nosotros a su vez para enseñar el marco colocado encima del televisor de los amigos laowais (extranjeros) que se echaron en Pekín. La extrañeza, señores, es mutua, aún con el paso de los años.

Xin Nian kuai le!

Wednesday, February 14, 2007




FELIZ DÍA ANTI-SAN VALENTÍN

En China la cursilería supura como una herida abierta. Es tan estomagante que una película blockbuster sobre la popularidad en un instituto estadounidense, más un capítulo de Beverly Hills, más "Sonrisas y lágrimas" -por cierto uno de mis clásicos favoritos- más el color rosa chicle, todo junto no alcanza a dar una idea del kitsch chino.
Por ello San Valentín es una fiesta brutal, expresión de color, del amor, de la pareja... En fin, mi profesora de chino estaba tan apenada porque mi novio no estuviera conmigo para esta fecha tan señalada y me ha preguntado cinco veces si no me llamaría esta noche por teléfono. Me ha sido imposible hacerle entender que NO lo celebro y no le concedo la mayor importancia, sino todo lo contrario, me parece una horterada y una cursilería como otras tantas importadas de Estados Unidos, aunque hablo por hablar porque en realidad desconozco el origen de esta fiesta.
Por ello saludo la iniciativa de varios amigos que esta noche celebran el Feliz Día Anti-San Valentín, porque sin ideas de este calibre nos moriríamos de cursilería y, lo peor, de amor.

Monday, February 12, 2007




HASTA MÁS VER, PAULA

Paula, espero que leas este hasta luego, ojala hasta bien pronto.
Has dejado huella en Pekín y parte de la ciudad que he descubierto contigo también se ha ido. Por eso son tan duras las despedidas en el extranjero. Pero siempre nos quedarán escaleras de montañas por subir, conversaciones que entretejer y terracitas que disfrutar. Y sobre todo ese té moruno que ya casi saboreo.
Ha sido un placer compartir Pekín contigo y echaré mucho en falta tu personalidad vivaracha y alegre. En fin, te deseo tó lo bueno. Esto se ha quedado un poco sombrío, un poco cojo.
Me gustaría también recordar a quienes he despedido en otras ocasiones, sobre todo Pilar y Ato, porque una parte se va, pero otra se queda.

Wednesday, February 07, 2007




SOBRES CALIENTES O HÓNG BAO

Lo primero disculparme por la larga ausencia, debido por un parte a la censura que de vez en cuando se aplica por estos lares a los blogs, entre otros, a lo que después se sumó la pereza y mi falta de constancia: de chica abandonaba las clases de inglés, guitarra, danza, a los dos días de haber empezado porque me aburría, o por un problema de disciplina, quien sabe.
Os quería contar un aspecto de China, quizá no tan conocido fuera del país: los periodistas no acuden a una rueda de prensa a no ser que reciban un sobrecillo de esos que se entregan en las bodas: con billeticos calientes, conocido como Hóng Bao. La cantidad de dinero del sobre debe terminar en 6, 8, 9 o cualquier número de la suerte, porque aunque marxistas y ateos, los chinos son muy supersticiosos. Muchos edificios no tienen una planta cuarta porque dicho número, sì, significa a su vez, muerte.
Y como la institución española para la que trabajo no reparte los sobrecillos, así nos va, españoles, honraos y desconocidos. En fin, en cualquier lugar cualquiera se vende a un precio, pero en unos sitios más rápido y obvio que en otros.