Wednesday, February 07, 2007




SOBRES CALIENTES O HÓNG BAO

Lo primero disculparme por la larga ausencia, debido por un parte a la censura que de vez en cuando se aplica por estos lares a los blogs, entre otros, a lo que después se sumó la pereza y mi falta de constancia: de chica abandonaba las clases de inglés, guitarra, danza, a los dos días de haber empezado porque me aburría, o por un problema de disciplina, quien sabe.
Os quería contar un aspecto de China, quizá no tan conocido fuera del país: los periodistas no acuden a una rueda de prensa a no ser que reciban un sobrecillo de esos que se entregan en las bodas: con billeticos calientes, conocido como Hóng Bao. La cantidad de dinero del sobre debe terminar en 6, 8, 9 o cualquier número de la suerte, porque aunque marxistas y ateos, los chinos son muy supersticiosos. Muchos edificios no tienen una planta cuarta porque dicho número, sì, significa a su vez, muerte.
Y como la institución española para la que trabajo no reparte los sobrecillos, así nos va, españoles, honraos y desconocidos. En fin, en cualquier lugar cualquiera se vende a un precio, pero en unos sitios más rápido y obvio que en otros.

4 Comments:

Blogger Nuwanda_75 said...

..lo que viene a confirmar que en todos sitios cuecen habas...en los ayuntamientos costeros, esos "sobres" pasan a otra escala mayor, incluso llegando a ser "maletines"..j,j...habla bajito, Ordet, que la censura planea sobre tu teclado, y cuanto menos traduzcas tu blog al chino, jejej...ay qué peligro!!

10:05 AM  
Blogger Ordet said...

Nuwanda, al final todo se sabe: la censura, los sobres, los maletines. Al final no me quedar más remedio que creer que "el poder absoluto corrompe absolutamente". Por supuesto que soy consciente que la corrupción está presente en todos sitios, pero tengo la sensación de que aquí es más burda, menos sutil porque no tienen que rendir cuentas a ningún electorado. Aunque es bien cierto que en España no se puede hablar muy alto... Besos

3:35 AM  
Blogger Isabel Navarro said...

La democracia requiere mucho trabajo, esfuerzo, incomodidad... No es una cuestión de votar y punto, sino de los sistemas sociales de relación: en el trabajo, en la pareja, en la escuela, en el barrio... En España también tenemos muchos déficits democráticos, sobre todo de participación. A fuerza de dictadura te acaban convenciendo de que lo que te concierne está en tu casa, en tu cama, en tu tele y poco más, lo demás se escapa de tus manos, es "demasiado grande". Menuda patraña. Como tú sabes muy bien Ordet, en Berlín sucede todo lo contrario. Tampoco es cuestión de idealizar, pero flipé con las elecciones de alcalde de barrio, además de los centros culturales populares. En mi estancia en México, sin embargo, tuve contacto con ese extremo de la falta de democracia que es la corrupción institucionalizada. Allí el método es preguntar: "¿Pos cómo nos arreglamos?", o el funcionario de turno se pone a contarte sus problemas familiares y de pagos, hasta que alguien desliza un sobre, una migaja que va lacerando la ética hasta dejarla invisible.
Dejar de creer en la bondad de los otros, y en la propia, es lo pero de las dictaduras.

5:54 AM  
Blogger Ordet said...

Querida pingües: tienes una inmensa razón. En mi piso compartido de Berlín adoptábamos las decisiones por unanimidad de voto, tales cómo comprar verdura y frutas bio, pagar gas ecológico, coger a un nuevo miembro en el piso, hacer fiestas... En aquel momento me pareció tan sólo divertido y singular, ahora comprendo mejor el alcance de aquello. Los hombres tenían que mear sentados según un cartel que lo indicaba por respeto a las mujeres y a un amigo mío le pillaron meando de pie y le cayó una buena bronca. Además de que si allí no has montado una asociación o un centro cultural no eres nadie, tienen una gran cultura asociativa.
Digamos que en China es todo lo contrario, me da la sensación de que todo el mundo se vende por un precio, quizá ¿más bajo, más visible? La sumisión social está aceptadísima hasta tal punto que nunca pasas miedo por la calle porque sabes que no te van a robar. También forma parte de la cultura asiática anteponer el grupo al individuo, algo que me resulta difícil de aceptar, aunque tenga buenos aspectos.
En fin, es una sociedad corrupta hasta la médula. Y sí, la democracia tiene que calar en todos los niveles, en la vida cotidiana, si no, no deja de ser una pantomima. ¡Larga vida a Porto Alegre! y por supuesto, a Berlín.

pd. pingües, muy buenas aportaciones, ándale.

7:15 PM  

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